lunes, 3 de enero de 2011

Cuantas vidas…

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Cuantas vidas... más
tendré que esperarte
para acunarme en tu pecho
y mojarnos en el invierno
después que paso el verano
y la brisa se va perdiendo
con el pasar de los días

y sumados los meses
para crear un año y aparezca
tu sombra de lejos en el
horizonte galopando
levantando la nube de polvo
que me deja cubierta
los doce meses del año
los treinta días del mes
y las décadas que vendrán



Cuantos otoños
me he perdido
sin levantar una sola hoja
que a granel en la tierra están
y el viento las lleva
aquí y allá
sin que ninguna acaricie mi rostro
y lo envuelva
con el fino polvo, el mismo
que levantas al aproximarte

y me elevas con tus brazos
rodeando mi silueta que
unida a tu sombra
se transforma en figura
y forman una masa homogénea
moldeable, suave, con cuerpo
con olor y sabor
formando una esencia
del mismo aroma



Cuantas lunas llenas
no han dejado que observe
tus ojos negros como el petróleo
reflejarse en el claro
del río sumergido en silencio
alumbrado por las estrellas
y los cometas vigilantes
pasan y sonríen y dejan sus
destellos para señalarme
el camino donde tu sombra
permanece erguida

vigilante, imponente
observando los movimientos
creando la oportunidad
de dejar tu moldura
y viajar al encuentro
de tu silueta
para formar una sombra
que siempre estará
en el tiempo congelado

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