Apareces de la nada
y vas tomando
cuerpo y forma
de una manera efímera
pero a la vez sustancial
ocupando un lugar
en la casa abandonada
abriendo puertas
de par en par.
Avivas las cenizas
que yacen desperdigadas
en el polvoriento suelo
que lentamente
se las lleva el viento
para esparcirlas
en el fondo del mar
Llega a mí tu voz
como un susurro
despertándome
de mi silencio aletargado
en el breve espacio interno
que ha quedado
al cerrar la puerta
la misma que estas abriendo
Siento los rayos del sol
y la luna me cobija
con su resplandor
el mar moja mi cuerpo
y el viento acaricia mi rostro
devolviendo
el reflejo de mi sombra
al interior de la casa.
.