El coche era tirado por caballos
un sol resplandeciente
cobijaba las dos siluetas
que sentadas iban dentro de él
Miraban al horizonte
el cabello agitado por el viento
rozaba suavemente su mejía
y el verde de los ojos de él
tenían la intensidad de la montaña
Iban enredados en sonrisas
platicando de lo que flota alrededor
su primer paseo supervisado
el comienzo de una amistad
el último día –quizás- en verse
Han pasado los años
el paseo prevalece
los caballos tiran de otros coches
la lluvia cae
el relámpago alumbra
y los truenos estremecen
pero siguen sentados en el carruaje
.